Nuevas tecnologías en la educación.

Nuevas tecnologías en la educación.

Las nuevas tecnologías en la educación son clave para servir a los estudiantes y destacarse en el mercado educativo.

Los profesores juegan un papel clave en la implementación de tecnologías dentro y fuera del aula. Esto se debe a que el profesional es un guía en el proceso de aprendizaje y define los métodos de enseñanza que se aplicarán.

Más que la elección, el profesor debe saber manejar las herramientas para que las nuevas tecnologías en la educación marquen, de hecho, la diferencia para los estudiantes.

Es importante destacar que las herramientas tecnológicas son un complemento y no suprimen al profesor, que sigue siendo una parte fundamental en la orientación de los estudiantes y el intercambio de conocimientos.

Las herramientas se utilizan como facilitadores, convirtiendo a los estudiantes en protagonistas de su propio proceso. Los maestros son responsables del papel de ser provocadores, alentando a los estudiantes a seguir el mejor camino.

La educación.

La educación.

La educación es uno de los factores que más influye en el avance y progreso de personas y sociedades. Además de proveer conocimientos, la educación enriquece la cultura, el espíritu, los valores y todo aquello que nos caracteriza como seres humanos.

La educación es necesaria en todos los sentidos. Para alcanzar mejores niveles de bienestar social y de crecimiento económico; para nivelar las desigualdades económicas y sociales; para propiciar la movilidad social de las personas; para acceder a mejores niveles de empleo; para elevar las condiciones culturales de la población; para ampliar las oportunidades de los jóvenes; para vigorizar los valores cívicos y laicos que fortalecen las relaciones de las sociedades; para el avance democrático y el fortalecimiento del Estado de derecho; para el impulso de la ciencia, la tecnología y la innovación.

La educación siempre ha sido importante para el desarrollo, pero ha adquirido mayor relevancia en el mundo de hoy que vive profundas transformaciones, motivadas en parte por el vertiginoso avance de la ciencia y sus aplicaciones, así como por el no menos acelerado desarrollo de los medios y las tecnologías de la información.

En las economías modernas el conocimiento se ha convertido en uno de los factores más importantes de la producción. Las sociedades que más han avanzado en lo económico y en lo social son las que han logrado cimentar su progreso en el conocimiento, tanto el que se transmite con la escolarización, como el que se genera a través de la investigación. De la educación, la ciencia y la innovación tecnológica dependen, cada vez más, la productividad y la competitividad económicas, así como buena parte del desarrollo social y cultural de las naciones.

La experiencia mundial muestra la existencia de una estrecha correlación entre el nivel de desarrollo de los países, en su sentido amplio, con la fortaleza de sus sistemas educativos y de investigación científica y tecnológica. Según estudios de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), un año adicional de escolaridad incrementa el pib per cápita de un país entre 4 y 7%.1

Atrás quedaron los tiempos en que se consideraba a las erogaciones en educación como un gasto. En la actualidad, el conocimiento constituye una inversión muy productiva, estratégica en lo económico y prioritaria en lo social.

En suma, la educación contribuye a lograr sociedades más justas, productivas y equitativas. Es un bien social que hace más libres a los seres humanos.

La educación es el motor que impulsa el nivel de desarrollo de un país, es la fortaleza de sus sistemas educativos y de investigación científica y tecnológica; así como el factor que acelera el desarrollo de los medios y las tecnologías de la información.

En conclusión, se debe resaltar que la importancia de la educación en el contexto social se da, solo si esta permite contribuir a comprender, interpretar, preservar, reforzar, fomentar y difundir las culturas nacionales y regionales, internacionales e históricas, en un contexto de pluralismo y diversidad cultural.

Trabajo en equipo

Trabajo en equipo

El trabajo en equipo surge de la necesidad de mejorar rendimientos, actitudes y la lealtad del grupo de trabajo y ocurre cuando un grupo de personas tratan de cooperar, utilizando sus habilidades individuales y aportando retroalimentación constructiva, más allá de cualquier conflicto que a nivel personal pudiera haber entre los individuos. 

El trabajo en equipo fomenta un sentido de lealtad, seguridad y autoestima que satisface las necesidades individuales de los integrantes, valorando su pertenencia, esforzándose por mantener relaciones positivas dentro y fuera del equipo. 

Se transforma en un nuevo estilo de vida que involucra a los demás compañeros de trabajo e incluso a la familia.

Una organización comprometida se enfoca en las ventajas de trabajar en equipo, busca el éxito de sus miembros como parte de su estrategia de formación de equipos de trabajo, basará su técnica en la confianza alentando a todos ellos a expresar sus opiniones, puntos de vista, desacuerdos y plantear sus dudas, creando un fuerte sentido de comunidad y pertenencia.

Como puedes ver, el trabajo en equipo es vital para el éxito de los objetivos de una organización, y para lograrlo es necesario proveer un buen clima laboral en donde los empleados puedan desarrollarse a nivel individual y colectivo de manera óptima.

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